Solidaridad de Cáritas Española con Nicaragua
Ante la oleada de violencia armada que en las últimas semanas está causando cientos de víctimas mortales en Nicaragua, Cáritas Española expresa su solidaridad y cercanía con sus hermanos de Cáritas Nicaragüense, con la Iglesia de ese país y con toda la ciudadanía que, como han denunciado los propios obispos, son víctimas de “la represión y la violencia por parte de los paramilitares pro-gubernamentales hacia las personas que protestan cívicamente”.
Al igual que los prelados de Nicaragua, Cáritas Española lamenta “profundamente tanta muerte, dolor y sufrimiento”, así como el escandaloso saldo de “heridos, enjuiciados injustamente, amenazados, intimidados y los ultrajes cometidos contra quienes permanecieron en lugares de protestas pacíficas”. Desde el 19 de abril, la oleada de violencia en Nicaragua ha provocado alrededor de 350 muertos y cientos de miles de heridos.
Mensaje de Cáritas Española
En un mensaje remitido el jueves pasado por el presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, a su homólogo de Cáritas Nicaragua, monseñor Carlos Enrique Herrera, se expresa “nuestro apoyo, cariño y cercanía en estos momento tan dolorosos para el pueblo nicaragüense”.
“Hemos seguido muy de cerca—prosigue el mensaje— la situación de Nicaragua a través de su Cáritas y la posición profética y valiente de la Iglesia nicaragüense basando su presencia en la mediación y el diálogo constructivo. Aplaudimos la apuesta decidida en defensa de la vida de los indefensos y la de llevar consuelo a las víctimas, sin embargo, sentimos que esta situación se esté dando en una falta de vías de diálogo con el Gobierno para lograr una salida pacífica”.
“Esperamos y rezamos –finaliza Manuel Bretón— porque revierta la violencia lo más pronto posible y lamentamos, profundamente, las muertes y el dolor que se está provocando a la población cuyos derechos están siendo vulnerados”.
Papel de mediación
Cáritas Española, que acompaña desde hace décadas a Cáritas Nicaragua en un proceso de cooperación fraterna orientado a mejorar las condiciones de vida de las comunidades más vulnerables, a fortalecer su dignidad y a consolidar su pleno acceso a los derechos humanos, es testigo directo de cómo la Iglesia nicaragüense ha aceptado jugar un papel activo en el proceso de Diálogo Nacional.
Se trata de una misión que, como indican los obispos de Nicaragua en su mensaje del pasado 14 de julio, “no se reduce a ser mediadores y testigos en la mesa del diálogo, sino que dada la dimensión profética de nuestro ministerio nos hemos visto en la urgencia de asistir a los lugares de conflicto para defender la vida de los indefensos, llevar el consuelo a las víctimas y mediar a fin de lograr una salida pacífica a la situación”.
Ese papel de mediación en la búsqueda de la paz y la justicia ha situado a los propios prelados nicaragüenses y a sus instituciones pastorales en el centro de las acciones violentas de las últimas semanas llevadas a cabo por las llamadas “turbas”, integradas por elementos paramilitares y parapoliciales.
Tras las agresiones dirigidas contra el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, su auxiliar, monseñor José Silvio Báez, y el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, golpeados en una iglesia de Diriamba, los ataques se dirigían la pasada semana también contra Juan Abelardo Mata, de 72 años, obispo de Estelí, ex presidente de la Conferencia Episcopal y miembro de la comisión episcopal encargada de la mediación en el Diálogo entre el gobierno y la sociedad civil.
Esa misma semana, el cardenal Brenes denunciaba la irrupción de algunos paramilitares en una iglesia parroquial de Masaya, en el municipio de Catarina, en el sureste del país, que se sumaba a otro asalto a la iglesia de la Divina Misericordia, en donde se habían refugiado 200 estudiantes, dos de los cuales perdieron la vida en circunstancias poco claras, y al incendio de la sede de la Caritas en Sébaco, en la diócesis de Matagalpa.
Solidaridad de Cáritas Europa y de Cáritas Latinoamericana
Las muestras de solidaridad con Cáritas Nicaragua se han sucedido en los últimos días por parte de Cáritas Europa y los miembros de la Zona Bolivariana de Cáritas Latinoamericana y del Caribe.
En un comunicado difundido el 20 de julio, las Cáritas de la Zona Bolivariana –conformada por los países de Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela— expresaban, al término de una reunión celebrada en Quito del 16 al 19 de julio, su “profunda unión con la Iglesia de Nicaragua, sabemos los esfuerzos que están haciendo para lograr la paz tan deseada, para consolar a los familiares que han perdido un ser querido, para acompañar a tantos jóvenes y familias que se están desplazando a causa de esta irracional violencia. Cuenten con nuestra cercanía y sepan que la familia Caritas les acompaña en estos momentos de tanto sufrimiento”.
“La Iglesia –añade la nota— siempre ha manifestado su preocupación por la comunidad política, ha promovido el dialogo como camino para la reconciliación y la paz que permiten encontrar respuestas eficaces e innovadoras para todos, por esta razón desde el Evangelio, exigimos la defensa de la Vida (Jn 10,10), garantizando, protegiendo y respetando los derechos humanos”.
Cáritas Europa, por su parte, remitía el 18 de julio a Cáritas Nicaragua, una misiva en la que manifiestan su aflicción por “las víctimas y sus familiares, vecinos y comunidades”, así como su dolor al constatar cómo “la misión de diálogo y socorro de la Iglesia, de Cáritas y en general de los ciudadanos están siendo obstaculizados y criminalizados”.
“Nos preocupa sobremanera –denuncia el mensaje— como la Iglesia y Cáritas, sus representantes, sencillos trabajadores y también infraestructuras están siendo objetivos directos de la violencia armada y del odio”. “Cuenten con la solidaridad de las Cáritas europeas en la oración y también en la acción. ¡No están solos!”, concluye la nota de Cáritas Europa.