Comercio justo y consumo responsable en Navidad: más necesario que nunca

Apoyo al comercio justo y a las tiendas de barrio

Dentro de esa llamada que Cáritas lanza a realizar “gestos gratuitos que ayuden y mejoren la vida de otras personas hacer la vida más plena y feliz para todos”, se propone también llevar esa opción por la sencillez a nuestros hábitos de consumo en Navidad, con objeto de evitar esa cultura del despilfarro inconsciente, que beneficia mayoritariamente a grandes empresas e intermediarios, y podamos optar por alternativas como el comercio justo y el denominado “comercio de proximidad” que llevan a cabo las tiendas de barrio.

Este es, precisamente, el objetivo de la campaña “Estas navidades, quédate en el barrio y compra lo justo” que ha lanzado la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, a la que pertenece Cáritas, para promover la compra en tiendas de barrio tanto productos de comercio justo como productos locales. Con esta iniciativa se trata de impulsar el pequeño comercio, fuertemente perjudicado por la pandemia.

Son varias las Cáritas Diocesanas integradas en plataformas autonómicas, como la FAS (Federación Aragonesa de Solidaridad) o la Coordinadora Valenciana de ONGD, las que se han sumado también a sendas campañas en esta misma línea.

En esta invitación a apoyar el comercio justo participa también en toda España la Red Interdiocesana de Comercio Justo de Cáritas, integrada por 32 tiendas y 114 puntos de venta en muchas ciudades y pueblos de todo el país, que funcionan, además, como espacios solidarios y puntos de encuentro vecinales.

Un modelo de consumo alternativo

En un año difícil marcado por el impacto de la pandemia, que amenaza con el cierre masivo de pequeñas empresas, el comercio de barrio centra sus esperanzas en las ventas navideñas para salvar el ejercicio anual.

La tendencia generalizada, sin embargo, es la de comprar en las grandes superficies o a través de plataformas online, que se ha disparado hasta más de 75% con relación a la venta física, lo que supone un grave perjuicio al pequeño comercio y a las tiendas de comercio justo, agravado durante la pandemia.

Además, los estímulos para el consumo compulsivo son cada vez más poderosos. Ni siquiera el impacto del coronavirus ha logrado tumbar iniciativas como el “Black Friday”, de reciente implantación en nuestro país, y que supone el disparo de salida hacia las compras de Navidad, marcadas por el despilfarro a veces compulsivo. Y todo ello a costa del pequeño comercio.

Ante este modelo de consumo, Cáritas propone una fórmula alternativa, basada en hacerlo de manera responsable, adquiriendo solo lo que necesitas, informándose de la procedencia de los alimentos y otros productos, y de las condiciones en las que trabajan las personas productoras dentro y fuera nuestro país. Se trata de participar de un comercio que ha garantizado la seguridad, el pago justo, el acompañamiento a los productores y productoras de otros países desfavorecidos durante la crisis de la Cobvid-19, cuando los demás cancelaban sus pedidos, y es apoyar la supervivencia de la economía y la vida de nuestros vecinos, de nuestros propios barrios.

Respuestas de a la nueva realidad

La pandemia obligó a paralizar, desde marzo hasta mayo de este año, la actividad de la Red de Comercio Justo de Cáritas. Tras el confinamiento, en el mes de mayo y coincidiendo con la celebración virtual del Día Mundial del Comercio Justo, comenzó la reapertura gradual de las tiendas y su actividad, aunque con muchas limitaciones a causa de la persistencia del virus.

A punto de terminar un año insólito lleno de sombras, 20 Cáritas Diocesanas de la Red de Comercio Justo, se han reunido para estudiar la situación generada por la pandemia, priorizar necesidades y construir las nuevas líneas de trabajo y retos para 2021. El encuentro ha servido, además, para compartir las respuestas que están articulando muchos proyectos de comercio justo para adaptarse a la nueva realidad.

Sobran los motivos esta Navidad para optar por un comercio de proximidad y una forma de consumir que garantice la sostenibilidad de los pequeños productores y cooperativas y los empresarios autónomos de nuestros barrios, que promueva el respeto de los derechos humanos y la protección del medioambiente. Un comercio justo que es más necesario que nunca.