La alfabetización, eje de la acción de Cáritas contra la exclusión y la desigualdad

La celebración, el 8 de septiembre, del Día Internacional de la Alfabetización es una oportunidad para poner el acento en la importancia estratégica de este eje de la acción humanitaria, un componente clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), dentro del marco de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

Acceso a una educación de calidad

Los ODS, aprobados por los mandatarios mundiales en septiembre de 2015, incluyen la promoción del acceso universal a una educación de calidad y oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida de las personas. En concreto, una de la metas del Objetivo 4 está dirigida a asegurar que todos los jóvenes aprendan a leer y escribir y tengan conocimientos básicos de aritmética, y que los adultos que carezcan de esos conocimientos tengan la oportunidad de adquirirlos.

Cáritas concibe la alfabetización y el apoyo al acceso a la educación como uno de los ejes prioritarios de su trabajo de acompañamiento a las comunidades más vulnerables. La lucha contra la exclusión social y la desigualdad pasa por integrar los programas de alfabetización y de refuerzo educativo en los procesos de inserción y promoción social que desarrolla tanto en España como en los países del Sur donde apoya programas de cooperación fraterna.

Impulsar la alfabetización y las competencias supone mejorar la vida, la autonomía y las capacidades de las personas, y, por extensión, contribuir a la construcción de sociedades equitativas y sostenibles.

Programa de refuerzo educativo en Ávila

Son muchas las buenas prácticas impulsadas por la Confederación Cáritas en este ámbito. Un ejemplo de ello es el que aporta el programa de refuerzo educativo que Cáritas Diocesana de Ávila lleva a cabo con menores en situación de vulnerabilidad social a través del Programa de Infancia, Juventud y Familia

Como señala Quintín García, su responsable, “nuestra acción se enmarca en el estilo de ser y de hacer de Cáritas a través de una acción educativa, preventiva, integral y comunitaria”. “Nosotros –añade— vemos la necesidad de continuar el trabajo con niños y jóvenes y con sus familias en los ámbitos de la educación formal, informal y no formal, trabajando desde la cercanía y el acompañamiento, con objetivos muy concretos”.

En el campo de la educación formal, Cáritas Ávila organiza tutorías con los profesores y reuniones con los equipos de orientación, con objeto de reforzar y coordinar la labor educativa de los centros escolares con los menores participantes en el programa y sus familias. Junto a ello, en el ámbito no formal se desarrollan diversas actividades dentro de un Aula de Apoyo escolar y un Taller de animación, mejora y compresión lectora.

La intervención de refuerzo escolar se completa con acciones de acompañamiento a las familias, a través de tutorías individuales y talleres de padres, que sirvan para reforzar el importante papel educativo de la familia.

Actualmente, el programa de Infancia, Juventud y Familia de Cáritas Ávila, que este año cumple 30 años de recorrido, está atendido por 3 técnicos y 25 voluntarios, que trabajan de forma permanente a unos 80 niños y niñas, de los que la mitad asisten a diario para recibir apoyo escolar.

Alfabetización femenina en R.D. Congo

Kikonka, en la diócesis de Kisantu (República Democrática del Congo), es otra buena muestra del compromiso de Cáritas con la alfabetización de comunidades vulnerables en los países del Sur. En ese lugar y con el apoyo de la Orden de las Escuelas Pías, se lleva a cabo desde el pasado mes de abril un proyecto de alfabetización y apoyo a la autonomía de las mujeres.

Este programa, que Cáritas financia con 10.000 euros, se centra en la rehabilitación de un centro de formación de mujeres en Kikonka y en la impartición de cursos de alfabetización para mujeres. El centro tiene vocación de permanencia y, en un futuro, estima ampliar los cursos disponibles a cursos de costura y de agricultura, entre otros.

En Kikonka, la mayoría de los hombres abandonan sus hogares y se van a Kinsasha, la capital el país, a buscarse la vida. Las mujeres se quedan solas en el hogar y se ven obligadas a asumir la gestión diaria del mismo y los cuidados de los niños. Esto lo convierte en las grandes olvidadas en el sector de la educación: en 2013, las mujeres representaban el 74% de la población analfabeta en el país.

De ahí el reto que supone en ese entorno abordar la alfabetización de las mujeres y su formación en habilidades básicas y capacidades personales que refuercen su autonomía.

Gracias a este proyecto, que forma parte de la intervención global que está impulsando en esa comunidad la Orden de las Escuelas Pías, un grupo de 120 mujeres de entre 18 y 55 años está participando en el programa de alfabetización, sentando así las bases para un futuro más digno para ellas y sus familias.