Cumbre de la Valeta: Cáritas Europa reclama un impulso decidido de la cooperación entre la U.E y África
El año pasado, los líderes africanos y europeos se dieron cita en la cuarta Cumbre UE-África para acordar formas concretas de cooperación sobre migración y movilidad, pero sin abordar su implementación. Por lo tanto, es hora de que nuestros dirigentes pongan en marcha esa cooperación durante la Cumbre UE-África que tiene lugar hoy y mañana en La Valeta (Malta).
“Entonces, Libia era un país seguro y tranquilo. Yo residí allí durante once años y trabajé en varias haciendas, generalmente cuidando el ganado. Estaba trabajando, sí, pero no tenía un sueldo. Algunas veces me daban dinero, otras veces no. Dormía en el suelo. Al principio, estaba bien, me sentía seguro. Pero después, llegó la guerra. Estuve en prisión siete meses. Me golpearon. Amigos míos murieron a mi lado”, relata Bakan, de 29 años, un granjero de Sudán que actualmente está atrapado en Calais, Francia.
Al igual que Bakan, muchos refugiados y migrantes de África se enfrentan a menudo con la hostilidad, la violencia e, incluso, la muerte cuando huyen de un conflicto o de la pobreza extrema. Como recuerdaBob van Dillen, de Cáritas Holanda (Cordaid), “Dios nos creó libres, pero los hombres crearon las fronteras. Dios debe de estar llorando al ver cómo estas mismas fronteras impiden ahora que la gente pueda huir de la guerra y la persecución, para morir luego en nuestras aguas costeras. ¡Esto nunca fue su intención!”.
Todos debemos velar por que se respete la dignidad humana de cada persona. Hasta ahora, sin embargo, la UE ha sido incapaz de desarrollar de forma coordinada políticas de migración y de desarrollo basadas en la justicia, la dignidad humana y la solidaridad. La Cumbre de La Valeta es una oportunidad para que la UE y sus homólogos africanos comiencen a abordar la pobreza y la injusticia social, y promuevan la resiliencia de las regiones de origen ante las crisis y los conflictos emergentes.
Cáritas Europa emplaza a los líderes europeos a poner su prioridad en:
– Salvaguardar los derechos de los migrantes, refugiados y desplazados
– Abordar en sus raíces las causas de la migración forzada e involuntaria;
– Utilizar la ayuda al desarrollo para combatir la pobreza y las desigualdades sociales en los Estados frágiles y los países menos adelantados, en lugar de destinarla a reforzar la seguridad en las fronteras.
– Rechazar la utilización de las cláusulas de readmisión y retorno en los acuerdos bilaterales o regionales, así como “castigar” a los países africanos que no admitan a sus nacionales mediante la reducción de la ayuda al desarrollo.