Cáritas Siria clama por el final de la guerra
Los responsables de Cáritas Siria han remitido a todas las Caritas del mundo un mensaje con motivo del Día Internacional de la Paz, en el que hace un llamamiento urgente para poner fin a la guerra y hacer posible el advenimiento de una paz necesaria para “reconstruir nuestras vidas y nuestro país por nuestros propios medios”.
Este es el texto del mensaje:
«Estimados socios y amigos,
Cuando escuchamos las noticias acerca de las treguas sobre Siria, o la decisión de algunos países de apoyar la acción de grupos armados dentro del país, o los acuerdos de alto el fuego hecha por los gobiernos extranjeros, o la formación y envío de más combatientes a Siria, o los aviones de combate extranjeros volando sobre nuestro cielo sin permiso, siempre nos sentimos como viésemos un partido de fútbol entre las grandes potencias del mundo en territorio sirio y usando como balón sirio “el pueblo de Siria”.
Lamentablemente, lo que está sucediendo durante este partido es que los jugadores, mientras juegas, están destruyendo con sus grandes botas, las infraestructuras, los edificios y las fábricas, machacando al pueblo sirio, especialmente a los más pobres, que son la mayoría.
Después de casi seis años de guerra, como sirios estamos agotados. Esta guerra no sólo está arrasando nuestro país, sino que está destruyendo también nuestras almas desde dentro. La guerra en Siria ha golpeado cada puerta y ha entrado en cada casa, dejando sus huellas por todas partes y en cada corazón…
La guerra ha provocado que la mayoría de nosotros seamos desplazados en nuestro país, después de perder todas nuestras pertenencias, nuestros recuerdos de la infancia y nuestro pasado…
La guerra nos provoca una inseguridad constante, incluso si estamos en nuestras propias casas…
La guerra nos ha hecho pobres a la mayoría de nosotros, que no podemos acceder a las necesidades vitales o comprar pan para nuestros hijos…
La guerra ha invadido el seno de nuestras familias de interior, dividiéndolas y desintegrándolas…
La guerra ha hecho de la educación un sueño inalcanzable para nuestros niños y jóvenes…
La guerra ha llenado nuestras calles de personas sin hogar, especialmente de los más pequeños, de niños…
La guerra ha cerrado las compañías extranjeras, las embajadas, ha destruido nuestras fábricas y nos ha dejado a la mayoría de nosotros sin trabajo…
La guerra está aumentando los precios de las mercancías y el coste diario de nuestras vidas…
La guerra nos ha privado de electricidad, de agua potable y de medicamentos, y nos ha devuelto a la edad de piedra…
La guerra nos hace tiritar durante el invierno, sin poder calentarnos nosotros mismos ni a nuestros hijos…
La guerra nos obliga cada día a decir adiós a aquellos de nuestros seres queridos que han decidido emigrar, especialmente a nuestros jóvenes…
La guerra ha dejado abandonados a los ancianos, sin nadie para cuidarlos y sin dignidad en la última etapa de su vida…
La guerra ha dejado de ser el juego más divertido para nuestros hijos y ha invadido sus discusiones, su forma de pensar, sus juegos, y ha robado su inocencia infantil…
La lista de las consecuencias de la guerra sobre nosotros es demasiado larga y nuestras necesidades enormes, especialmente en esta época del año. El invierno se avecina y las escuelas comenzaron hace poco, los que supone una seria carga económica para cada familia siria.
Por desgracia, sin el apoyo de Caritas y otras ONG presentes en Siria, muchas familias no podrían sobrevivir ya. Muchas de ellas dependen de nosotros y siempre pensamos que nuestro apoyo es como una gota de agua frente a tanta sed. Aunque ofrecemos alimentos, medicamentos, subsidio de alquiler, ropa, apoyo educativo, atención a los mayores y acompañamiento psicosocial a través de nuestros proyectos, cuando preguntamos a las personas acerca de su necesidad más urgente, escuchamos, sobre todo, esta palabra: “¡paz!”
Todos nosotros necesitamos la paz para poder reconstruir nuestras vidas y nuestro país por nuestros propios medios. Todos soñamos con un día en que nos despertemos por la mañana con la noticia de que hemos dejado de luchar entre nosotros y que no tenemos que temer ya a las grandes botas de los jugadores de fútbol, y que el partido ya se ha terminado…
Con su apoyo, con sus oraciones, con su solidaridad y amor, la paz en nuestra amada Siria es posible».