Coronavirus: La Iglesia española llama a expresar la solidaridad con los afectados en el Día del Amor Fraterno
La celebración del Día del Amor Fraterno en el día de Jueves Santo es un momento privilegiado, en estos días que celebramos como Iglesia la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, para llamar a vivir la fraternidad y hacer vida real el mandamiento nuevo del amor.
La fraternidad alumbra la esperanza
Hay formas concretas de expresar esa solidaridad y cercanía con todos aquellos que atraviesan por circunstancias difíciles a causa del coronavirus.
Una de ellas es el gesto que Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen para el día de Jueves Santo bajo el lema “La fraternidad alumbra la esperanza”. Se trata de encender una vela en el momento de compartir la cena, acompañado de una oración-bendición.
Con este gesto se invita a unirse a Jesús en su Última Cena y a todos por los que Él se entrega. En un día donde, a causa del aislamiento, sólo hemos podido celebrar la Eucaristía de manera virtual, este gesto nos ayudará a sentirnos, si cabe, más unidos entre nosotros, más en común-unión con todos y con toda la Humanidad sufriente por esta pandemia global. Al encender una vela, nos unimos en comunidad fraterna y alumbramos la Pascua que esperamos.
Apoyo económico a las personas más vulnerables
Otro gesto a través del cual es posible expresar en el Día del Amor Fraterno esa cercanía solidaria con los afectados ante el impacto del coronavirus es canalizar ese compromiso a través del apoyo económico a la campaña de emergencia “Cada gesto cuenta” lanzada por Cáritas para apoyar las necesidades más urgentes de las personas en situación más vulnerable.
Son innumerables las iniciativas solidarias que todas las 70 Cáritas Diocesanas de España y cada una de las Diócesis están desarrollando, bajo el lema “La Caridad No Cierra” para acompañar las necesidades básicas de quienes se encuentran en condiciones de mayor precariedad, como son, entre otros, las personas sin hogar, los mayores o las familias con escasos recursos.
Los efectos del Covid-19 en las condiciones económicas y sociales del país están siendo muy intensos y todo indica que, debido a la crisis de empleo en ciernes y la falta de ingresos a la que ya se enfrentan cientos de miles de familias, las demandas de apoyo urgente van a multiplicarse. En ese escenario, los esfuerzos de acompañamiento de Cáritas estarán, como en ocasiones recientes, allí donde las necesidades de las personas más frágiles sean mayores.
Hacer memoria para amar sirviendo
Cada Jueves Santo, la Iglesia hace memoria agradecida de la Última Cena de Jesús con sus discípulos y de esa experiencia radical del amor fraterno que Jesús quiso expresar en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio.
No hay amor si no se aprende a conjugar el verbo servir, si no se está dispuesto a despojarse de todo aquello que estorba, sin ponerse a los pies de aquel que nos necesita.
En este Día del Amor Fraterno de 2020, cuando Jesús nos invita a sentarnos a su mesa, a compartir el pan y la vida, a aprender la lección del servicio, es el momento en el que este servicio debemos centrarlo de forma concreta en los golpeados por el coronavirus y, especialmente, en quienes están en situación de mayor vulnerabilidad y exclusión social ante la pandemia.
Algunas actitudes para vivir la fraternidad
Dentro de la llamada que Cáritas y la Conferencia Episcopal lanzan para vivir este año la jornada del Amor Fraterno potenciando el valor de la acogida, se apuntan algunas actitudes que pueden ayudar a vivir el amor fraternal:
– Mirada atenta para descubrir la necesidad del otro, comenzando por aquellos con quienes compartimos el hogar y el confinamiento.
– Humildad para reconocer la propia vulnerabilidad y acoger el cariño y la cercanía del otro.
– Ayuda mutua. Es la hora de una fraternidad inteligente, ejemplar y creativa para superar el individualismo y descubrir que nos necesitamos todos.
– Compasión. Sentir con el otro y estar al lado compartiendo desalientos y esperanzas.
– Responsabilidad para cuidarse y cuidar al otro, asumiendo las consecuencias de las propias acciones.
– Gratuidad. Amar es dar, es dar-se, ofrecer lo que soy y tengo, aunque parezca insignificante.
– Acompañar como expresión del amor hecho servicio generoso, entregado y cercano.
– Orar contemplando a Cristo en su Cruz y mirando con ternura a todos los que sufren.
– Esperanza, la que viene de Cristo resucitado, que ilusiona y abre al futuro porque con la Pascua llegan días de salvación y alegría.
Oración-bendición
Asimismo, y con objeto de acompañar el encendido de una vela en el momento de compartir la cena, Cáritas y la Conferencia Episcopal proponen una oración-bendición:
Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino, para saciar nuestra hambre y nuestra sed…
Gracias Señor, porque en la Eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra…
Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.
Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.
Bendice nuestra cena, Señor; bendice a nuestros hermanos más frágiles y enfermos con quienes hoy nos sentimos especialmente unidos; que la fraternidad alumbre para ellos la esperanza.
AMEN.
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