1 de Mayo: Iglesia por el Trabajo Decente insta a garantizar la salud y seguridad laboral para evitar más muertes en el trabajo

Bajo el lema “Un trabajo decente tiene que ser un trabajo saludable”, la iniciativa de Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) lanza un Manifiesto con motivo del Primero de Mayo en el que pone el foco sobre el drama de la siniestralidad laboral en España y el resto del mundo, una realidad que arroja unas cifras de escándalo. Esta demanda confluye, además, con los objetivos del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se celebra hoy.

Según se denuncia en el Manifiesto, en el año 2022 se produjeron en España, de acuerdo a los datos del Ministerio de Trabajo y Economía social, un total de 1.196.425 accidentes laborales, de los cuales 826 resultaron mortales, un 17,2% más que en 2021. Esto supone la muerte de más de dos personas al día. Además, dentro de este cómputo total de accidentes laborales, 3.801 fueron siniestros graves, 631.724 causaron baja laboral y otros 564.701 no produjeron baja laboral. A nivel mundial, se estima que en el año 2020 perdieron la vida 2,7 millones de personas por accidente o enfermedades laborales.

Estos datos sólo muestran una parte de la siniestralidad laboral, dado que las estadísticas no recogen los casos que, como señala el Manifiesto, se producen en el ámbito “de la economía sumergida, de quienes trabajan sin contrato o se les paga en negro, de quienes no se les ha diagnosticado una enfermedad laboral porque no se especifica su origen, o sus patologías no son reconocidas como tales o los profesionales desconocen los procedimientos para calificarla como laboral”.

El trabajo es para la vida
Las entidades que forman la ITD recuerdan que “el trabajo es para la vida” y denuncian que la “lógica economicista de este sistema separa el trabajo de la persona, la despoja de su esencia y capacidad creadora y de su propio SER; construye precariedad, inseguridad y somete al trabajador y la trabajadora a largas jornadas laborales, a altos ritmos de producción y le priva del merecido descanso”. Las secuelas, además de personales y familiares, son también sociales, pues inciden en la convivencia y en las relaciones, lo que lo convierte en un problema político que requiere una respuesta también política.

Con objeto de revertir la situación actual de precariedad laboral que provoca la alta tasa de siniestralidad en el puesto de trabajo, ITD exige a los poderes públicos que velen por el cumplimiento de la legislación laboral, se generen más recursos para que se investiguen los accidentes y muertes en el trabajo y se depuren responsabilidades, se pongan los medios para que no vuelva a suceder, y se facilite los trámites burocráticos a las víctimas y sus familias para que les sea reconocida su situación de siniestralidad.

ITD apuesta por seguir “defendiendo la vida por encima del beneficio, la dignidad de la persona por encima de la productividad y el bien común por encima de los intereses personales, y revertir esta situación de injusticia con nuestro compromiso personal y comunitario desde la cultura del cuidado y la solidaridad”.

Para ello, Iglesia por el Trabajo Decente se compromete en esta Fiesta del Trabajo a impulsar movimientos de solidaridad que defiendan la salud y la seguridad en el trabajo junto a otras personas y colectivos; a potenciar el asociacionismo para reforzar la interlocución con las Administraciones; y a apoyar la labor que realizan los sindicatos para extremar la prevención y exigir el cumplimiento de la normativa laboral.

El Manifiesto concluye con la exhortación del papa Francisco en la Nochebuena del 2021. “En el día de la Vida repitamos: ¡No más muertes en el Trabajo! (…) y esforcémonos por lograrlo (…) Dios viene a colmar de dignidad la dureza del trabajo. Nos recuerda qué importante es dar dignidad al hombre con el trabajo, pero también dar dignidad al trabajo del hombre, porque el hombre es señor y no esclavo del trabajo”.

Acto publico en León

En León, durante la tarde del jueves 27 de abril, tuvo lugar una Concentración en la plaza de la Catedral con posterior Eucaristía en homenaje a las víctimas del trabajo y sus familias en nuestra Diócesis.

El acto estuvo presidido por tres monigotes en el suelo con cascos de protección que representaban a víctimas del trabajo, y en el centro de ellos cinco velas rojas por cada una de las víctimas mortales registradas en nuestra provincia este último año. Durante el mismo, se leyó un manifiesto en el que se recordó que pese a que la legislación recoge insistentemente la necesidad de prevención de riesgos en el trabajo, los datos nos dicen que algo no marcha bien puesto que el número de accidentes laborales, en lugar de descender sigue creciendo.

Los datos estadísticos en León, entre mayo de 2022 a marzo de 2023, son suficientemente graves como para tomárselos en serio:

  • Los accidentes leves afectaron a un total de 3.468 personas
  • Han sufrido accidentes graves 43 personas.
  • Los accidentes mortales se cobraron la vida de 5 personas:
    • Trabajador de 55 años, en accidente mortal de tráfico dentro de su jornada de trabajo.
    • Trabajador de 33 años atrapado en labores de reparación de un ascensor.
    • Trabajador de 49 años, sufre un infarto mortal en su jornada laboral
    • Trabajador de 58 años, corte en región abdominal con cuchilla grande.
    • Trabajador de 50 años accidente mortal de tráfico en su jornada laboral.

Hay una enorme desproporción entre la gravedad de las consecuencias de la falta de seguridad y salud en el trabajo, y la respuesta que como sociedad estamos dando a tantas muertes, lesiones y deterioro de la salud. Pesa como una losa la generalizada indiferencia social, también política, ante este terrible drama. No podemos olvidar las 826 personas que perdieron la vida en nuestro país en el año 2022.No estamos hablando de números. Estamos hablando de personas con rostro, de familias destrozadas, de hijos sin padres y proyectos de vida truncados.

A la vista de estos datos se concluyó que no basta con que existan unas leyes de prevención de riesgos, también se vuelve necesaria:

  • una planificación de la prevención, que no se vea únicamente como un coste, sino como un cuidado imprescindible.
  • la evaluación inicial de los riesgos inherentes al trabajo y su actualización periódica, según vayan cambiando las circunstancias.
  • la ordenación de un conjunto coherente de medidas de acción preventiva
  • un mayor control de la efectividad de dichas medidas.
  • Y, junto a ello, la información y la formación de los trabajadores para un mejor conocimiento de los riesgos de su trabajo y la forma de prevenirlos.

Tras la lectura de manifiesto y con las velas de las cinco víctimas encendidas,  como reivindicación y homenaje se llevó a cabo 5 minutos de silencio y posteriormente se celebró una Eucaristía en la Parroquia de S. Lorenzo que estuvo presidida por el Obispo de Léon, D. Luis Ángel de las Heras Berzal.