“Queremos que este Congreso sea un espacio que nos ayude a profundizar en algunos retos que tenemos ante la cultura del descarte, ante el drama de las migraciones forzadas, y las dificultades para que el Desarrollo sea realmente Humano e Integral”, ha señalado esta mañana el delegado episcopal de Cáritas Española, Vicente Martín Muñoz, en su saludo a los 140 participantes que entre hoy y mañana participan en El Escorial en el IX Congreso Hispano Latinoamericano y del Caribe sobre Teología de la Caridad.

Organizado conjuntamente por Cáritas Española y el Secretariado Latinoamericano y del Caribe de Cáritas (SELACC), 140 directivos procedentes de 22 Cáritas nacionales latinoamericanas y de 35 Cáritas Diocesanas y Autonómicas españolas participan en estas jornadas cuatrienales, que se convocan bajo el lema “El Ejercicio de la Caridad y la Cultura del Encuentro”.

“El objetivo de este Congreso –ha señalado Vicente Martín— es responder a la llamada del Papa a crear cultura del encuentro, la única capaz, como dice él, de construir un mundo más justo y fraterno”. “Para nosotros, trabajar por la cultura del encuentro es colaborar en el Reino de Dios y acoger la invitación universal a la santidad por la vía de la caridad”, añadió.

Ser testimonio de acogida

La sesión inaugural del Congreso ha contado con las intervenciones del presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón Romero; monseñor José Luis Azuaje, presidente de Cáritas América Latina y el Caribe; monseñor Atilano Rodríguez, presidente de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española; y monseñor Jesús Fernández, obispo responsable de Cáritas en la CEPS.

Todos los intervinientes han coincidido a la hora de destacar la importancia de que todos seamos –y especialmente en Cáritas— testimonio de acogida para las personas empobrecidas, junto a la necesidad de que la caridad esté en el núcleo de la misión de la Iglesia.

En este sentido se ha expresado Manuel Bretón cuando ha agradecido a los participantes “que seáis testimonio de esa cultura de encuentro hacia los más empobrecidos de la tierra, hacia aquellos que sufren situaciones de dificultad, que no tienen lo necesario y para quienes tenemos que ser fuente de acogida esperanzadora, que les ayude a pensar y sentir que su vida puede ser diferente y a reconquistar, con nuestra compañía, su futuro”.

“En Cáritas –ha recordado— no contamos historias, contamos vidas, intentamos no hacer iniciativas personales o personalistas, damos el testimonio de nuestra vida, abriendo una ventana que permite asomarse a todos para encontrar juntos al final el sentido de la vida”.

El arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Azuaje, ha destacado “el ejercicio de cercanía para nuestras Iglesias y nuestras Caritas que supone este encuentro, que nos permite compartir visiones y definir compromisos y retos”. “En Cáritas –afirmó— no asumimos nuestras tareas como un trabajo, sino como un servicio”.

Y monseñor Atilano Rodríguez, a su vez, ha subrayado que “el lema del Congreso hunde sus raíces en el Evangelio y el testimonio personal y las enseñanzas de Francisco, un Papa que actúa con la convicción de que la misión de la iglesia ha de llevarse a cabo desde la cultura del encuentro, y especialmente desde el encuentro alegre y gozoso con Jesús”.

“En el encuentro con nuestros hermanos –ha añadido—, el Papa nos recuerda la necesidad de practicar la cultura del diálogo, sobre todo a favor de aquellos que sufren discriminación, que se ven obligados a abandonar sus hogares y que no reciben una acogida fraterna”.

El encuentro nace del Evangelio

La ponencia marco de las jornadas ha sido presentada por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, que ha reflexionado sobre el tema que pone lema al Congreso: “Cultura del encuentro y ejercicio de la Caridad”.

“Quien arriesgue la vida por construir la cultura del encuentro… ése es el testigo del encuentro con Dios”, ha subrayado el cardenal para invitar a seguir trabajando en la misión de Cáritas. Y es que “la cultura del encuentro nace del Evangelio”, señaló.

Con relación al drama de la movilidad humana, íntimamente ligado a una cultura del encuentro fraterno basado en la acogida al otro, el arzobispo madrileño ha reivindicado “el derecho que tienen los hombres a pasearse por la tierra para contemplar las maravillas de la creación de Dios y más aún si lo hacen por necesidad”.