Fin inmediato de la humillante situación de los migrantes en las islas griegas
Cáritas Europa y Cáritas Grecia exigen en una nota conjunta difundida hoy el fin inmediato de la humillante situación de los migrantes en las islas griegas.
El comunicado recuerda que, como resultado del acuerdo entre la UE y Turquía alcanzado hace dos años, más de 13.000 mujeres, niños y hombres viven en condiciones de humillación en instalaciones de acogida abarrotadas o en campamentos improvisados en las islas griegas cercanas a la costa de Turquía. Cáritas Europa y Cáritas Hellas (Grecia) piden a los responsables de la toma de decisiones de la UE y Grecia que trasladen a estas personas a al continente y les ofrezcan la oportunidad de reconstruir sus vidas.
“Cuando llegamos aquí, ¡estaba muy feliz! Nos sentimos aliviados y a salvo. No nos importaron las malas condiciones. Esperábamos que nos mudáramos pronto… No entiendo por qué aquí mi familia es tratada así. Hemos pasado 3 meses en la carpa, durmiendo en el suelo, y un mes en un contenedor con otras familias. Lamento haber venido aquí. Quiero que esto termine”, afirma M.S., un iraquí de 42 años. Él y su esposa E.S., psicóloga, tuvieron cinco hijos, hasta que mataron a su hija de 12 años. “Después de este suceso, decidimos abandonar Iraq y venir a Europa para poder tener una vida mejor”, explica M.S. al personal de Cáritas Grecia que trabaja en el campamento de Vial, en la isla de Chíos. La familia llegó al campamento hace cinco meses y todavía está retenida, allí esperando a que se procese su solicitud de asilo.
Respetar los valores europeos
Desde que se firmó el acuerdo UE-Turquía el 18 de marzo de 2016, el personal de Cáritas Hellas se ha reunido con muchas familias como esta y ha sido testigo de cómo el trato ha supuesto mucho sufrimiento a las personas que han llegado a las islas y que están confinadas a condiciones atroces. “No es digno de los valores europeos, de la condición humana y de la solidaridad con las personas vulnerables permitir que vivan durante todo un año en campamentos sucios e improvisados, o en instalaciones de acogida atestadas e inseguras, que carecen de servicios básicos e instalaciones higiénicas. Se deben tomar medidas inmediatas para abordar esta situación y demostrar un verdadero compromiso con la protección de la dignidad humana”, asegura Shannon Pfohman, directora de Incidencia Política de Cáritas Europa.
Estas condiciones de miseria, combinadas con el temor a ser devuelto a Turquía y la incertidumbre sobre el futuro abonan los sentimientos de ansiedad, de profunda angustia mental y de intento de suicidio de muchos migrantes. ACNUR también ha alertado sobre los casos de violencia y acoso sexual contra las mujeres y niños que viven en los campamentos. En algunos casos, incluso ha señalado que los baños y letrinas de los campos son “zonas prohibidas” por la noche. Una mujer, por ejemplo, confesó no haber tomado una ducha en dos meses por miedo.
En este contexto, Cáritas reitera su llamamiento al Gobierno griego y a los líderes de la UE para que adopten todas las medidas necesarias para trasladar urgentemente a las personas al continente a fin de proteger mejor los derechos humanos de estas personas vulnerables. Aunque reconoce que hasta el momento se han trasladado a 7.000 personas a tierra firme, Cáritas insta a que el ritmo de evacuación se intensifique de inmediato, ya que la situación está llegando al punto de no retorno.
En su comunicado, Cáritas Europa se hace eco del llamamiento del Papa Francisco para recibir, proteger, promover e integrar a aquellos que vienen pidiendo nuestra ayuda, como es el caso de la familia de M.S. y E.S.
Rechazo en España al Acuerdo UE-Turquía
En su momento, Cáritas Española, CONFER, el Sector Social de la Compañía de Jesús y Justicia y Paz expresaron en una declaración conjunta su rechazo absoluto al acuerdo aprobado entre la Unión Europea y Turquía sobre personas refugiadas.
En una nota publicada en 22 de marzo de 2016, las entidades de acción social de la Iglesia en España denunciaban “el fracaso de la Unión Europea en la adopción de una política común de asilo y en brindar protección a las personas refugiadas, otorgando prioridad al control de fronteras”. “Europa –añadía el comunicado— está negando abiertamente la hospitalidad a quienes abandonan involuntariamente sus hogares huyendo de la guerra, la persecución y el hambre. El Acuerdo suscrito es un cambio cosmético, no sustancial respecto al pre- Acuerdo, lo calificamos de deshumanizante y discriminatorio y dudamos que sus medidas puedan aplicarse”.
Además de esta nota de rechazo, estas entidades lanzaron una campaña de recogida de firmas, a través de la cual y en el plazo de pocos días más de 33.000 ciudadanos rechazaron el acuerdo. Esas firmas fueron entregadas al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.