Nuevo curso y nuevos restos de Cáritas Diocesana de León
El principal objetivo para Cáritas para este nuevo curso y en los próximos meses es, por un lado, dar continuidad a los programas que ya venimos desarrollando y, a su vez, estar atentos a las nuevas necesidades y pobrezas que se van presentando en la sociedad, para dar la respuesta más adecuada a esta nueva realidad post pandemia.
Desde el programa de Acogida y Atención Primaria se ofrece una atención social integral, para dar una respuesta global a las situaciones de dificultad que atraviesan las personas más vulnerables. Las ayudas económicas van dirigidas fundamentalmente a cubrir gastos de vivienda, como son alquileres y suministros. Prevemos que el incremento del precio de la luz hará que las familias a las que atendemos tengan aún más dificultades para cubrir sus gastos habituales, por lo que estaremos atentos a esta temida situación de pobreza energética.
En lo relativo a las ayudas de alimentos, estamos trabajando para promover la utilización de tarjetas de supermercado, para que las familias puedan complementar las ayudas que reciben a través de bolsas, con productos frescos u otros productos que necesiten. Se trata de normalizar los espacios de entrega de ayudas de primera necesidad, para que las familias puedan adquirir los productos de una forma más homogénea al resto.
En esa misma dirección se trabaja desde la iniciativa de economía social Moda Re, en cuya tienda as personas sin recursos pueden adquirir la ropa con vales proporcionados desde las Cáritas Parroquiales o Cáritas Diocesana.
La realidad de las personas sin hogar es también un problema que se agrava cada vez más. Por ello Cáritas ha abierto este verano un segundo piso de acogida de hombres, donde personas en situación de vulnerabilidad extrema tienen un lugar al que pueden llamar hogar, y desde el que reciben apoyo para iniciar una nueva vida de forma autónoma. El apoyo de un equipo de voluntarios y voluntarias es fundamental en este proceso.
Mantenemos, además, el objetivo de trabajar desde la prevención, para que estas personas no terminen en situación de calle.
Desde el programa de Formación y Empleo continuamos apostando por la promoción de las personas desde su inserción laboral. En este ámbito destaca el inicio de un nuevo programa de formación online, para que aquellas personas que tengan dificultades para asistir de forma presencial a la formación puedan también beneficiarse de los cursos que impartimos.
El apoyo a las personas migrantes seguirá siendo una parte fundamental de nuestro trabajo, para acoger, protege, promover e integrar a todas las personas que huyen de sus países de origen por causas de pobreza extrema, guerras, conflictos o violencia, y que acuden a nuestra sede.
En cuanto a las nuevas necesidades y pobrezas que vamos identificándose ha hecho más evidente que nunca la brecha digital. Las personas que no tienen acceso a las nuevas tecnologías o no tienen los conocimientos suficientes, se ven irremediablemente excluidas, ya que resulta muy difícil realizar trámites básicos con la administración, solicitar ayudas y realizar gestiones necesarias en nuestra vida cotidiana. Por ello Cáritas ofrece ayuda a las personas que lo necesiten, para que no se conviertan en ciudadanos de segunda clase.
Otra de las grandes pobrezas que esta pandemia ha hecho más visible que nunca es la soledad. Muchas personas se encuentran solas y aisladas, y únicamente necesitan un poco de compañía y contacto humano. Desde Cáritas estamos también estudiando nuevas maneras de acompañar y paliar en la medida de nuestras posibilidades esa soledad.
En todos estos programas y retos de futuro, incidir con especial cariño en el trabajo diario de los voluntarios y voluntarias de Cáritas, que hacen que todos estos programas y actividades se puedan desarrollar con la calidez y cariño que las personas más vulnerables necesitan. La caridad es la misericordia que sale en búsqueda de los más débiles y avanza hasta las fronteras más difíciles para hacerles protagonistas de sus vidas y desarrollo, y todos ellos/as son–como siempre decimos- el alma de Cáritas en esta labor compartida.