Desaprender para volver a aprender

Hoy publicamos una reflexión estival de Jorge Cordero, profesor de el Colegio de La Asunción y voluntario de Cáritas Diocesana de León, agradeciéndole muchísimo su consideración hacia nuestra entidad al compartirla con todos/as nosotros/as.

 

DESAPRENDER (parte 1)

¿Cuántas veces cambiar nuestra cotidianidad nos supone “estar en el aire”? Así nos ha sucedido a los voluntarios del programa de acompañamiento a mayores en residencias “Caminando Juntos”: de repente, nos hemos encontrado con una situación nueva -y eso que iban bien las cosas- y hemos tenido que parar de golpe y cambiar de perspectiva.  Como con la pandemia no era posible ir a visitarles en persona, a través del teléfono y de nuestros coordinadores, hemos estado constantemente conociendo cómo estaban nuestros abuelos, siempre con el “corazón en un puño” porque las noticias no eran buenas sobre las residencias de ancianos; y el miedo y la incertidumbre a veces nos jugaban malas pasadas.

Algunos se nos han ido en estos meses tan duros, pero siempre estarán en nuestro camino, ya que “caminar juntos” es desaprender los atajos para vivir en un nuevo horizonte con el Norte claro.

No podemos ni queremos dejar a nuestros abuelos solos. Y nos gustaría seguir con este proyecto intergeneracional “Caminando Juntos” re-enfocándonos de otro modo o, por lo menos, seguir caminando cerca, ya que todos los jóvenes, y cada vez más, están respondiendo increíblemente bien a esta particular experiencia de voluntariado.

Y como hemos visto y oído estos días: “lo importante no es verte volver, sino volverte a ver”

 

PARA VOLVER A APRENDER (parte 2)

Este año está siendo, como todo, un verano algo diferente. Nos ha tocado reiniciar y resetear nuestras programaciones y adaptarnos a esta “nueva normalidad” tan inesperada.

Gracias a Mariajo (nuestra coordinadora de Voluntariado de Cáritas de León) y a Cáritas, se nos ha ofrecido la oportunidad de seguir colaborando como voluntarios realizando la acogida a las personas en la entrada a la sede de la entidad, en la calle Sierra Pambley y -sin dudarlo- aquí estamos de nuevo.

Y es en este volver a caminar, vivir sin miedo, donde uno descubre el valor de la vida y de lo que tiene.

Son muchas las necesidades que existen en las personas que llegan a estas puertas y todos carecemos de algo, pero el poder entregar unas horas de este tiempo estival a esta labor de acogida me ha hecho descubrir en tantas personas que se acercan por Cáritas que un saludo, una mirada, una escucha, puede llegar a remover tus propias entrañas y ver que cada uno de nosotros tenemos nuestras pobrezas y debilidades.

Y así está transcurriendo el verano, y aunque esto está resultando muy enriquecedor, mantenemos la esperanza de que la pandemia pase lo antes posible y, de verdad, nos haya tocado algo el corazón esta lección de vida. Nuestra “Casa Común” lo necesita y nos necesita aquí para desaprender a vivir de nuevo.

Jorge Sánchez Cordero

Voluntario de Cáritas Diocesana de León