Cómo combatimos a pobreza energética desde Caritas Diocesana de León

Como cada año, y con la llegada del frío, los medios de comunicación tratan el grave problema de la pobreza energética. Incluso este año, cuando la COVID-19 continúa eclipsando todo, ha habido momentos para abordar este tema, quizás porque la vivienda ha sido la primera línea de defensa contra la pandemia y las medidas de confinamiento vigentes.  Todo ello ha supuesto un incremento del consumo doméstico de agua, luz y gas. Si a esto le unimos que la precariedad laboral se ha duplicado durante la crisis sanitaria y alcanza a casi 2 millones de hogares, tal y como muestra el informe «Evolución de la cohesión social y consecuencias de la Covid-19 en España» de la Fundación FOESSA, el panorama resulta desolador.

Sufrir la pobreza energética tiene muchas caras, y genera consecuencias inevitables a largo plazo. El encarecimiento de energía eléctrica limita las posibilidades de disfrutar de una alimentación sana y equilibrada y los hogares que sufren pobreza energética cocinan menos y, por tanto, comen más alimentos procesados, alimentos poco elaborados que afectan directamente al crecimiento y a la salud de los menores. En estos hogares es frecuente también que solo se caliente una habitación en la cual se desarrolla la vida familiar, donde se come, se ve la tele, pero también donde se hacen los deberes y se estudia. Una habitación ruidosa donde es más difícil concentrarse y estudiar, lo que supone otra losa en la desigualdad de oportunidades de niños y niñas en periodo de formación.

Desde Cáritas Diocesana de León se atienden cada día desde el programa de acogida y atención primaria necesidades básicas como la alimentación o los alquileres, pero también aquellas otras relacionadas con los suministros de electricidad o gasóleo para calentar las viviendas. Son muchas las personas que carecen de los recursos necesarios para costear los recibos de la luz o el gas, más aún en los duros inviernos de nuestra provincia, y Cáritas Diocesana ha prestado ayuda económica para solventar esta problemática a 240 hogares durante el 2021. Gracias a socios, donantes, colaboradores y a campañas llevadas a cabo con distintas entidades, Cáritas puede llegar a más personas vulnerables y hacer frente a un gran número de impagos.

Si no se aborda el problema de la pobreza energética de forma estructural, cada invierno volveremos a llenar informativos y diarios de noticias sobrecogedoras. Seguiremos sin entender que la pobreza energética no es un tema estacional, sino que los que la sufren, la sufren durante todo el año.

Entrevistas sobre este tema a nuestra compañera Camino González, técnica de atención primaria e inmigración de Cáritas Diocesana de León: